Psicología

Puerperio: el después del parto

El parto viene a anunciar el final del embarazo e inaugura el tiempo del puerperio. Este último, se trata de un tiempo tanto de pérdidas como de ganancias para una mujer. Ella ha perdido una panza y ha ganado un hijo, con todo lo que ello implica a nivel del cuerpo y de su vida.

marzo 2020 | OAP! Nº149

Por Vanina Leis

 

La medicina supone que el puerperio coincide con lo que suele llamarse cuarentena. De acuerdo con el planteo de la ciencia, son necesarias, aproximadamente, de seis a ocho semanas para que los tejidos del cuerpo se reconstituyan y vuelvan a las condiciones previas al embarazo. Pero los tiempos subjetivos no se ajustan a los tiempos cronológicos y así como cada mujer y cada parto son diferentes, cada puerperio lo es y puede variar en cuanto a tiempo y particularidades.

Cuando una mujer elige ser madre, lo hace porque ha deseado ese hijo mucho antes de tenerlo en su vientre. Las niñas juegan desde muy temprana edad a ser mamás con sus muñecas, fantasean con amigas cuántos hijos tendrán y qué nombres les pondrán. Se anticipa, ya desde ese tiempo, la llegada de un hijo. Es decir, antes de que un hijo exis- ta en la panza de una mujer ha tenido lugar en su deseo; deseo que generalmente se conforma en la infancia de una mujer. Pero también hay que considerar que hay casos donde la llegada de un hijo no es elegida por una mujer; en ocasiones se le ha hecho un lugar amoroso y en otras no.

Del mismo modo, muchas veces un hijo es fruto del amor de una pareja. Otras, en cambio, llega en otras circunstancias de la vida de la misma o es solamente deseado por una mujer. Las nuevas formas de parentalidad vienen a dar cuenta de que en ocasiones una persona, mujer u hombre, elige tener un hijo en soledad. Actualmente la ciencia lo hace posible.

Por otro lado, están las circunstancias en las cuales una mujer da a luz a su hijo. Entre ellas puede haber contingencias tales como la separación de la pareja, el fallecimiento de un ser querido, u otras, que tendrán incidencia en cómo una mujer transite el tiempo posterior al parto.

¿Qué relación guardan todas estas cuestiones con el puerperio?

Para pensar el tiempo del puerperio hay que tener en cuenta, por un lado, la historia de una mujer, y por otro, la coyuntura particular en la que se produjo el embarazo y luego el parto. Las situaciones particulares que una mujer atraviesa en el tiempo posterior al parto son de gran importancia a la hora de pensar el puerperio.

Lo propio de éste tiempo es el duelo por lo perdido y el encuentro con lo nuevo que trae el nacimiento del niño. La llegada de un hijo trae para una mujer distintas pérdidas, como así también una ganancia; que en el mejor de los escenarios tiene que ver con el amor: su hijo. Las pérdidas son tanto físicas como subjetivas. Toda pérdida requiere de la elaboración de un duelo que, por supuesto, no es sin dolor.

Muchas veces se producen dificultades para avanzar en la elaboración del mismo y ello desemboca en algo patológico. Podemos encontrarnos así con, por ejemplo, una depresión luego del parto.

La llegada de un hijo trae muchos cambios a los que hay que hacerles lugar. El cuerpo de una mujer cambia durante el embarazo y tarda un tiempo en recomponerse. También se producen cambios en la relación con la pareja, la cual ha de reencontrarse nuevamente a partir de la llegada del niño. Hay casos donde ello está complicado por diferentes cuestiones. En algunos, la maternidad ha venido a arrasar con lo femenino. Se trata de lo que solemos escuchar en los consultorios cuando las mujeres nos dicen, por ejemplo, que quedaron gordas después del embarazo y nunca más se ocuparon de bajar de peso, o que no pudieron reencontrase con sus parejas o volver a trabajar porque su hijo pasó a ser lo único a lo cual atender a partir de ese momento.

Para el psicoanálisis, madre y mujer son diferentes. Una madre disfruta con su hijo, mientras que una mujer disfruta con aquello que está en relación a su deseo más allá de un hijo, por ejemplo, un trabajo, su vida sexual, una pareja. Durante el puerperio, lo atinente a la maternidad ocupa la vida de una mujer. Transitado ese tiempo, lo femenino irá o no abriéndose paso entre lo que hace a la maternidad.

Ilustraré este desarrollo con un caso clínico. Julia, a quien llamaré de este modo para preservar la identidad de la paciente, estaba transitando su segundo mes de embarazo cuando debido a una complicación de éste debió permanecer en reposo casi absoluto. Esto le produjo mucha angustia porque, además de tener que interrumpir todas sus actividades, no podía ocuparse de su hija de cinco años como lo hacía hasta el momento. Al poco tiempo de ello pierde de manera intempestiva a su padre, quien era un gran sostén para ella. Ello la sumió en una gran tristeza. Contaba que, además, se sentía muy poco acompañada por su esposo. Estando ya próxima al parto descubre una infidelidad de él. Llego al momento del nacimiento de su segunda hija atravesada por un gran dolor y con la culpa que ello le generaba por no estar esperándola en otras circunstancias.

El puerperio de Julia estuvo atravesado por el dolor que le generaban estas pérdidas, además de las que ya son propias de la llegada de un hijo. El trabajo de análisis la ayudó a transitar ese tiempo, haciéndole lugar al dolor pero sin perder de vista a su bebé, quien, en sus palabras, la “necesitaba de pie”.

La tristeza y la angustia no le impidieron a Julia ocuparse de su hija y de lo que a ella le estaba pasando. Era una mujer con muchas herramientas, con las cuales pudo hacer frente a lo doloroso que le acontecía y que de ninguna manera había buscado. Las mujeres de su historia tuvieron un papel muy importante allí, pues ella se había valido de la “fuerza” que tomó de ellas para desenvolverse en su vida. Fue así, con una gran fortaleza, que fue elaborando sus duelos, ocupándose de su hija, y tiempo después retomar sus actividades. También fue recuperando el deseo sexual, lo cual es esperable que se produzca pasado el tiempo del puerperio.

El acompañamiento de otras mujeres en ese tiempo, su madre y su hermana, fueron de suma importancia para Julia. Es de destacar que generalmente una mujer necesita ayuda durante el puerperio. Puede darse que sólo la busque en su pareja, pero también la ayuda de otras mujeres (madre, hermana, amigas) permite hacer frente a lo relaciona- do con la maternidad.

Cuando hablamos de la historia de una mujer hacemos referencia, entre otras cosas, a la relación con su madre, con su padre, a qué lugar ha tenido como hija y cómo ello se ha jugado en la conformación de la subjetividad de esa mujer, ahora madre. Lo psíquico es una especie de entramado que se va constituyendo desde los primeros tiempos de la vida de una persona en la relación con la madre, el padre, o quien desempeñe tales funciones.

El recorte clínico viene a dar cuenta de que muchas veces el puer- perio está afectado por circunstancias que exceden el embarazo y el parto de un mujer. Como ésta pueda transitarlo está en relación a las herramientas con las que cuenta, y ahí la historia de una mujer juega un papel muy importante.

 

** Vanina es Lic. en Psicología (UNLP), Psicoanalista. Atiende adolescentes y adultos | vaninaleis@hotmail.com

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