Pintemos mandalas

Por Antonella Sottosanto

El Dalai Lama menciona que lo principal «es la visualización interior, la propia visualización». En este sentido, uno de los aspectos positivos es que fortalece la reflexión, reduce el estrés, la ansiedad y ayuda a desarrollar la paciencia, la perseverancia y la constancia. Al dibujarlos y al pintarlos, los niños aprenden a esforzarse por algo que luego será exhibido a sus padres o a sus familiares más cercanos.

La creatividad es el segundo punto a tener en cuenta. Al disponer de una gran cantidad de marcadores, crayones y lápices de colores, los más pequeños pueden dejar fluir su creatividad y su imaginación. Asimismo, van adquiriendo el sentido del arte al probar las múltiples combinaciones posibles. Es una de las formas de las que disponen para expresar lo que sienten, y a través de la cual pueden ir explorando conocimientos sobre las formas geométricas a través de las diferentes figuras como los círculos, triángulos, cuadrados y estrellas, fortaleciendo de esta manera la capacidad de asociación.

Además, son grandes aliados en relación al Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH): se han visto grandes avances en las capacidades de atención de los niños al estar concentrados en una actividad específica. También es recomendado para niños con síndrome de Down: este pasatiempo ayudará a controlar sus movimientos, produciendo una mejoría en la motricidad fina. La coordinación ojo-mano se va formando al dibujar, pintar o al recortar figuras. Actualmente, con el uso de los celulares y las tablets, estas habilidades no están siendo estimuladas adecuadamente.

Por lo general, los niños suelen tener muchas responsabilidades: el colegio, el deporte y demás actividades extracurriculares que pueden abrumarlos, produciendo tensión y ansiedad en el inicio de sus vidas. De modo que estos dibujos pueden ir acompañados de música relajante que estimule sus sentidos y baje los niveles de estrés. Según los especialistas, al colorear mandalas se potencian el bienestar y la calma debido a que desarrollan la capacidad de encontrar una cierta armonía en un entorno desorganizado. ¡Manos a la obra!

¿Sabías que…?

Los mandalas pueden ayudarnos a hallar el equilibrio entre los chakras, enviando impulsos a la mente en forma similar a lo que hoy conocemos como «publicidad subliminal». Cada color tiene una facultad única y tendremos que elegir el adecuado dependiendo de la cualidad que queramos trabajar. El rojo representa el amor y la pasión; el naranja la energía y la ambición; el amarillo la luz y la alegría; el verde la esperanza y el equilibrio; el azul la paz y la seguridad; el índigo la intuición; el violeta la espiritualidad; y el rosa la amistad y la comunicación.

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