El compost ¿Cómo armar un rulero?

Sin olor, sin basura y sin necesidad de ser un erudito en la “vida verde” naturaleza y afines, podemos comenzar con un compostaje muy sencillo. Una malla metálica, un par de precintos y ¡manos a la obra! En simples pasos podés armar un “rulero” que solo contiene material verde, hojas y ramas.

El objetivo consiste en que, las hojas que caen en esta época del año como así también las generadas por las podas, en lugar de ser embolsadas y descartadas como desperdicios, podamos usarlas para compost que vuelva a nuestras plantas. Ahorramos en horas de trabajo de la gente que deber retirar todo ese material y nos beneficiamos de su reutilización.

¿Qué es el compost? Martín Marchetti, permaculturista, nos explica que “es el material que resulta de la digestión de la materia orgánica por parte de una gran variedad de formas de vida” y agrega que “es un material vivo de increíble complejidad, pero que, dadas las condiciones adecuadas se desarrolla solo y sin necesidad de mayor intervención de nuestra parte, por suerte”.  Y recalco esto último: sin necesidad de que nos ocupemos de él.

Pero ¿Cómo se hace el rulero? Es muy sencillo realmente.

El tamaño es indistinto, se puede elegir de un diámetro grande para tener más espacio disponible, pero todo depende del lugar físico con el que se cuente.

Paso a paso

• Buscá cualquier malla metálica o tejido de alambre que se utiliza para cercos, cerramientos (una medida que permite acumular sin que se llene muy rápidamente puede ser de 3m por 1,5 m de alto). No necesita tutores ni fijarlo al piso, ya que se queda firme por el propio peso de las hojas y ramas.
• Precintos para cerrarlo y que quede con la forma de “rulero” que luego puedas cortarlos si en el futuro querés sacar todo el compost que se genera.

¡Ya está!  Si tenés jardinero podés avisarle que, de ahora en más, no se lleve el pasto que corta, ni tire las ramas u hojas que levanta, ni que las deje para que las retire el camión de basura. ¡Te lo va a agradecer! Y ese material es todo para que lo aproveches en tu propio rulero. Cero desperdicios y todo absolutamente compostable.

Si querés “disimularlo” podés ponerle plantas o una trepadora, pensá que en ese lugar se va a generar compost y va a ser una de las mejores zonas de tu jardín para plantar. NO tenés que tirarle desechos de comida, NI lombrices, NI siquiera mezclarlo. Cuánto más chico esté el material verde, más rápido tendrás el compost, pero no es imprescindible hacerlo.

Muchos barrios privados y countries están implementándolo, para lograr abono para los propios espacios comunes. Y así gastar menos dinero en la gran cantidad de camiones que se contratan para llevar afuera de los mismos, los desechos del jardín.

No esperes más. Es muy fácil y estamos viviendo momentos únicos en el planeta. Tomemos conciencia de lo fundamental de la reducción de residuos, a la vez que nos resultará beneficioso tanto en la disminución de gastos, traducidos en menor valor en las expensas en el caso de los barrios privados, como en la calidad de espacios verdes que obtendremos.

Próximamente encontrarás artículos sobre compost doméstico y composteras.

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