Hace poco, escuché a alguien decir que faltaba poco para las vacaciones de infierno. Debo admitir que me causó bastante gracia e incluso, me sentí identificada. Esos días tan ansiados por los más chicos pueden convertirse en un verdadero dolor de cabeza para los padres.
¿Qué hacen los chicos durante dos semanas sin clases? Y lo que es peor, ¿qué hacen los padres y madres que trabajan y no tienen receso invernal esas dos semanas? Los chicos comienzan a disfrutar un torrente interminable de planes: salidas con amigos, shows, cine, casa de los abuelos, de los amiguitos, oficina con papá, con mamá… Al final de las vacaciones, lo único que podemos decir con certeza es que cualquier padre estará definitivamente agotado.
¿Existe otra manera de enfrentarse a las vacaciones de los chicos? ¿Es posible equilibrar el tiempo de ocio de los pequeños con el tiempo de trabajo de los padres? Sin dudas estos días son el momento ideal para cortar con la rutina y volcarse a todas las actividades que generan disfrute para los chicos: la oferta de espectáculos se multiplica y las ideas para entretenerlos aparecen por todos lados.
Pero también es posible plantearse un escenario en el cual, tanto chicos como grandes, aprovechamos estos días para estar juntos de otra manera, descansar, ponerse al día con la recarga de energía y prepararse para encarar la segunda mitad del año con pilas renovadas.
Disfrutar, descansar y encontrar el momento para estar juntos sin enloquecer. Eso les deseamos a todos nuestros lectores para que estas vacaciones no se conviertan en el tan temido enemigo invernal.
¡Felices vacaciones!