Por Franco De Winne
Es normal que surjan nuevas formas de interacción entre adolescentes y esto genera que los padres tengan que estar más atentos a las acciones de sus hijos en este mundo cibernético. Las redes sociales buscan captar la atención de sus usuarios y, como una gran parte la conforman los jóvenes, buscan acercarse a ese público a través de innovaciones permanentes.
En este último tiempo la red social Instagram ha adquirido una gran popularidad y esto conllevó a que la aplicación que fue adquirida por Facebook, hace algunos años, lleve a cabo algunas actualizaciones de este estilo. Entre las novedades que brinda existe la posibilidad de mandar mensajes de voz, video chats con hasta seis personas y la chance de enviar preguntas a través de Instagram Stories, que pueden ser vistas por todos los seguidores del usuario que tenga cualquier persona.
Pero no solo se ha avanzado en el terreno de la actualización, sino que cada vez se crean o se ponen de moda algunas aplicaciones que permiten la interacción social y que pueden implicar algún riesgo si no se toman los recaudos necesarios. Tinder, Badoo y Tumblr son claros ejemplos de cómo los jóvenes exploran nuevas formas de comunicación, ya que estas redes sociales permiten que las personas conozcan por este medio a otros individuos con los cuáles desea sociabilizar en persona.
Aunque este tipo de aplicaciones solo están permitidas para mayores de 17 años, los adolescentes las usan con falsos datos de perfil para interactuar con sus pares y con otros mayores. Por esto y por otros motivos, el control sobre las actividades en Internet de los chicos es sumamente importante. No debemos perder de vista que estas herramientas tienen su utilidad, siempre y cuando se usen con responsabilidad y razonablemente.
También hay que agregar que la dependencia por la pantalla del celular o la computadora ha generado en el último tiempo que los jóvenes desvíen su atención de las actividades fuera de este entorno virtual, ya que en ocasiones dejan de lado las responsabilidades que les toca asumir.
En un mundo donde WhatsApp, Twitter, Facebook e Instagram parecieran dominar la atención de los adolescentes, es clave que como padres se sepa con qué fines navegan por esos mares y controlar su uso.
El objetivo como adultos no es el de limitar el acceso a este mundo y mucho menos generar que los jóvenes no se relacionen por estos medios. Así como se ha cuidado a los hijos desde que son pequeños, es importante continuar preservando su seguridad porque ellos aún no entienden el riesgo que puede implicar el excesivo uso de las redes sociales. A mayor precaución, más seguro y productivo el uso de Internet y los mundos virtuales, a todas las edades.