Dime que palabra usas y te diré quien eres
Por *Magalí Alderete Vega
En tiempos donde la inmediatez apremia y la necesidad de estar constantemente comunicados es cada vez mayor, hacen que cada palabra que se use sea más que pertinente. Antes era necesario comprimir cada mensaje dado que los caracteres permitidos eran bastante limitados. Hoy, con los servicios de mensajería instantánea esto ya no es necesario porque con ayuda de correctores y predicciones, hacen que podamos explayarnos más extensivamente,
Por eso es necesario repensar que palabras usamos en nuestras comunicaciones diarias. Especialmente, aquellas que usamos para describir a una persona. Las etiquetas que usamos en las redes sociales para enmarcar un posteo o un comentario muchas veces son llevadas a la vida cotidiana y pueden ocasionar mucho daño. Se tiende a etiquetar, a enmarcar una persona dentro de una palabra o frase, como si esa persona solo tuviera ese aspecto de su vida para mostrar y no solo puede llegar a ser poco inclusivo sino también estigmatizante.
En los últimos tiempos, tanto en campañas exclusivas como en noticias sobre algún caso en particular, se empezó a hablar sobre autismo en todos los medios de comunicación masiva. Por un lado, esto fue y es de gran ayuda para visibilizar los casos, los tratamientos y para informar a la sociedad sobre como lidiar de manera correcta con el tema. Pero, por otra parte, hizo que la palabra “autista” empiece a formar parte del lenguaje cotidiano de muchos jóvenes y se utilice como sinónimo de ser tímido o reservado. Frases como “re autista de tu parte” o “X no habla con nadie, es re autista” se pueden escuchar en conversaciones típicas entre adolescentes y adultos jóvenes para explicar o definir una situación que les haya pasado. Pero ¿está bien utilizado el termino? ¿es discriminatorio usar el término “autista” en estos contextos?
Romina Salina es terapista ocupacional. Actualmente forma parte de Ayra, un espacio interdisciplinario en Adrogué donde con otras colegas trabajan con la realidad que experimentan día a día personas con trastorno del espectro autista y otros trastornos. “Creo que hay un imaginario social de cómo debería ser una persona con autismo que es erróneo”, fue lo primero que expresó al ser consultada por el tema, por lo que nuestra primera pregunta ya tiene una respuesta firme. Con respecto a si usar la palabra “autista” como insulto o también como forma de describir la personalidad de alguien, Salina fue muy contundente: “Creo que utilizar un trastorno, sea cual fuere cómo insulto es algo gravísimo, pero lamentablemente es bastante usual. Hay una falta de empatía acompañada de desinformación que lleva a la gente a tener estás conductas. En relación con el autismo, creo que es muy discriminatorio decir «viven en su propio mundo» o «no tienen sentimientos» cuando la realidad no es así. Elijo pensar que no han tenido la oportunidad de conocer en primera persona a alguien dentro del espectro”
Hace varios años, hubo una campaña de la Asociación Síndrome de Down de la República Argentina (ASDRA) para evitar que se utilice la palabra mogólico como insulto. Fue de tan magnitud y tan fuerte esa campaña que en las conversaciones cotidianas disminuyó notablemente el uso de esa palabra como insulto, aunque muchas veces se sigue utilizando de manera peyorativa. Tanto desde esa campaña como en lo dicho anteriormente por la terapista, una de las grandes causantes de utilizar estos términos en nuestra cotidianeidad de mala manera es la desinformación. En un mundo globalizado donde las telecomunicaciones son cada vez mas rápidas, parece una utopía hablar de desinformación. Pero la realidad es que se transmiten mensajes erróneos todo el tiempo sobre estos trastornos que se multiplican por distintas plataformas sin detenerse a chequear su veracidad. Por lo tanto, se crea un imaginario social, un prejuicio que en reiteradas veces lejos esta de ser la realidad que las personas con trastorno del espectro autista o con cualquier otro síndrome o trastorno experimentan diariamente. Por este motivo, Salina describe otro aspecto de la realidad de cualquier persona con este síndrome en particular que rompe con ese mito social de la timidez o falta de habla: “Una persona con autismo va más allá de la habilidad de poder hablar. Muchos autistas tienen lenguaje y sin embargo es
tán dentro del espectro. Con respecto a la comunicación y el uso del lenguaje, la dificultad del autista está en poder hacer uso de la palabra con el fin de comunicar e interactuar con el otro acorde a un contexto determinado, respetando normas sociales. Esto quiere decir que podemos ver gente dentro del espectro que habla verborrágicamente y su dificultad está en saber cómo acercarse al otro, que se puede decir y que no, cuando es momento de hablar y de hacer silencio, decodificar el lenguaje corporal del otro, etc.”
El lenguaje se construye, deconstruye y modifica todos los días. Lo mismo sucede con los imaginarios sociales y cientos de otros prejuicios que son sostenidos a lo largo del tiempo y lejos están de ser reales. La misión de los comunicadores será la de empezar a concientizar arduamente sobre la importancia de no emplear dichas palabras a la ligera, sin pensar en las consecuencias que puedan generar. Y este es un pequeño gran paso para hacerlo.
*Magalí es Lic. en Periodismo de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales. (UCES )
Un niño dentro del Espectro Autista – por Loreana Canillas, Mamá de Dante
Mi nombre es Loreana Canillas , mamá de dos hijos hermosos, actualmente me dedico al arte y a dar clases de acuarela. Tengo un blog de maternidad ilustrado en instagram @ilustraciones.de.mama y soy autora de un libro que se llama, Conociendo a Eni -.
Un poquito de mi
Hace 10 años fui mamá de Dante. Cuando él tenía apenas 8 meses comenzamos con estimulación temprana. Luego de allí vivimos un desfile de terapias, que logramos hacerlas gracias a haber tramitado el CUD, (Certificado único de discapacidad). Su diagnóstico es TEA con características de Síndrome de Asperger. Para mi Dante es mucho más que su diagnóstico, es un nene amoroso, sensible, creativo, inteligente, y sociable.
Sin embargo, hay cuestiones dentro de la sociabilidad que le cuestan mucho, como ser su inflexibilidad, su frustración desbordante, la capacidad de comprender reglas y normas sociales.
Por ello, desde muy pequeño, busco libros para leerle que me permitan trabajar con él.
El problema fue que el material disponible era escaso, y/o demasiado abarcativo. Por ello, decidí hacer un cuento a su medida. Cuando me puse a escribir eran tantas las ideas que costaba mucho focalizar el mensaje. Simultáneamente me puse a bocetar, ilustrar y a pintar cada página del libro. Me llevó un poco menos de un año hacerlo y luego después de varios intentos poco exitosos , este año decidida, emprendería mi libro como una autopublicación, con ISBN y todo, e invertí en una tirada más grande.
Conociendo a Eni, no es para mi un libro, es un hijo más. Porque además le habla a mi hijo y está inspirado en él. El mismo se centra en el personaje que tiene CEA (Condición del Espectro Autista), específicamente Síndrome de Asperger. Es un pequeño niño que desea tener amigos, y poder conectar y jugar con ellos. El mundo es un lugar complejo para él, pero contará con ayuda y mucho amor para ir superando sus desafíos.
Está pensado que no sólo sea para niñxs, sino que los padres y/o docentes se involucren, por ello incluye en las páginas finales una guía sobre qué es el CEA y el Síndrome de Asperger.
Tener un hijo dentro del espectro puede ser desafiante, sobre todo cuando el ambiente pone más trabas que soluciones.
Día a día, vamos a diversas terapias, para que él pueda manejarse en un mundo que a veces le es hostil. Cuando, podría ser mucho más inclusivo. Por eso, este libro, es mi granito de arena para poder construir un mundo un poco más amable.
*Loreana, Lic. en Artes Visuales del UNA ,
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